A los políticos les gustará saber que las tendencias ideológicas de los ciudadanos tienen también algo de base biológica que, incluso, puede 'visualizarse' en el cerebro. Al menos así lo defiende ante EL MUNDO.es Ryota Kanai, de la Universidad de Londres (Reino Unido), tras llevar a cabo una investigación con pruebas cerebrales de imagen.
"La conclusión principal de nuestro estudio es que las distintas opiniones políticas pueden ser visibles sutilmente en distintas estructuras cerebrales", asevera el experto británico.
Durante muchos años, psicólogos y sociólogos se han preguntado qué tipo de factores psicológicos y ambientales influyen en la orientación política de las personas. "Pese a que siempre se ha supuesto que estas actitudes están mediatizadas casi exclusivamente por factores ambientales, estudios recientes han comenzado a identificar influencias biológicas en la orientación política de cada individuo", sostienen los investigadores en el último número de la revista 'Current Biology' .
De hecho y tal como refleja su investigación, "hay diferencias sustanciales en los estilos cognitivos de los liberales y de los conservadores, tal y como establecen los test psicológicos. La variabilidad en las actitudes políticas refleja las influencias genéticas y su interacción con factores ambientales. Trabajos recientes han demostrado una correlación entre el liberalismo y la actividad cerebral relacionada con la resolución de conflictos, eventos asociados con la corteza cingulada anterior. Hemos hallado que el liberalismo más extremo se asocia con un mayor volumen de materia gris en dicha zona cerebral, mientras que un conservadurismo extremo se asocia con un aumento del volumen de la amígdala derecha", declaran los autores.
Ésta es, según defienden, "la primera evidencia neurocientífica de las diferencias biológicas cerebrales entre liberales y conservadores". Insisten, además, que "las diferencias estructurales halladas coinciden con investigaciones previas que muestran una mayor capacidad de los liberales para hacer frente a la información conflictiva y una mayor competencia de los conservadores a reconocer una amenaza", dicen los investigadores.
Precisamente, la revista 'Science' publicaba recientemente un estudio con 46 personas de fuertes convicciones políticas de diversa índole que constataba que aquellos cuya fisiología responde más intensamente a las amenazas (a través de la visualización de imágenes o exposición a ruidos) eran más conservadoras, con actitudes políticas tendentes a la protección del Estado o la defensa de la pena de muerte. Por el contrario, las menos afectadas por la intimidación tienden a empatizar más con los inmigrantes o a rechazar la pena de muerte.
Resonancia magnética
El nuevo estudio se llevó a cabo con 90 voluntarios sanos con una media de 23 años. A todos se les realizó un cuestionario que medía su orientación política, así como una resonancia magnética cerebral.
Los científicos británicos recuerdan que "aunque estos resultados sugieren una relación entre las actitudes políticas y las estructuras del cerebro, es importante señalar que la conceptualización y el razonamiento asociados a la expresión de opiniones políticas no se limita necesariamente a las estructuras o funciones de las regiones que hemos identificado, porque se requiere de la participación de más zonas del cerebro en la elaboración del razonamiento y el pensamiento abstracto".
Como especifica el científico Kanai, "en nuestro estudio no queda claro si la estructura del cerebro determina la actitud política o es al revés. Por lo tanto hay que ser precavido antes de interpretar la relación de causalidad. En estas estructuras se encuentran reflejados los rasgos de personalidad tales como la sensibilidad al miedo o la incertidumbre, que a su vez contribuyen a la formación de declinaciones políticas".
Precaución
De la misma opinión se muestra Jerónimo Saiz Ruiz, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal de Madrid. "Tenemos constancia de que hay ciertos marcadores biológicos asociados a factores de la personalidad. Se ha constatado, por ejemplo, en las personas que buscan nuevas sensaciones constantes de riesgo, como los que practican deportes de alto riesgo. Estas personas tienden a ser más impulsivas y abiertas, lo que se correlaciona con un tipo de personalidad que encajaría más con el pesamiento liberal que con el conservador".
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