Sagrada Familia, Barcelona
Opera House, Sydney
Millones de personas en todo el mundo se suman este sábado a la Hora del Planeta, una iniciativa contra el cambio climático para dejar las ciudades a oscuras entre las 20:30 y 21:30 horas locales de cada país. Los organizadores de la iniciativa, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), esperan con esta manifestación social presionar a los gobiernos para que avancen con políticas concretas en la protección del medio ambiente y la lucha contra el calentamiento global. La Hora del Planeta comenzó en las islas Chatman (Nueva Zelanda) y culminará en las islas Cook, después de haber pasado por todos los husos horarios. Respuesta masiva en España En esta edición, España es el segundo país con más ciudades inscritas en la campaña, con 250, sólo superada por Canadá, con 422. Bélgica es el tercer país del ranking, con un total de 200 ciudades. En total, son 135 los países y territorios que han confirmado oficialmente su participación, con 4.500 ciudades a lo largo de los 7 continentes. Bajo el lema 'Apaga la luz, enciende el planeta', edificios madrileños tan simbólicos como la Puerta de Alcalá, la Cibeles, el Palacio Real, el Tribunal Constitucional, el estadio Santiago Bernabéu, la catedral de La Almudena y San Francisco el Grande, entre otros, han pasado una hora a oscuras para concienciar al mundo de la necesidad de luchar contra el cambio climático. La Sagrada Familia y la Torre AGBAR en Barcelona, se han quedado a oscuras así como el Castillo de Montjuïc o las fuentes ornamentales de la ciudad y en las Islas Baleares el castillo de Bellver, la Catedral de Palma y el palacio de la Almudaina han demostrado con su apagón su adhesión a esta campaña. En San Sebastián, se ha apagado la iluminación de los principales edificios y los elementos ornamentales más emblemáticos, como las luces de la bahía de La Concha, la isla de Santa Clara y las murallas del monte Urgull, además de inmuebles como el Ayuntamiento y el Kursaal. En esta 5ª edición, la Torre del Oro y la Giralda en Sevilla, las dos márgenes del río Guadalquivir y los puentes de San Telmo, Triana, Chapina y Barqueta, además de la Alhambra en Granada han apagado sus luces como respuesta a la convocatoria de la Hora del Planeta. También han perdido su iluminación el Alcázar y la Catedral de Toledo, la muralla de Ávila y los ayuntamientos de Oviedo y Gijón y la fachada de la Casa Consistorial de Pamplona. Los monumentos declarados patrimonio de la Humanidad de Galicia, como la muralla romana de Lugo, la catedral de Santiago o la Torre de Hércules de A Coruña se han sumado esta noche a la iniciativa. La política y el arte se han unido a la campaña, dejando a oscuras las sedes del PP y PSOE, el museo Reina Sofía y la Casa de América en Madrid y el Museo Guggenheim en Bilbao. Un evento planetario y en la Red Sydney, la ciudad donde en 2007 comenzó la iniciativa, se mantuvo 60 minutos en penumbra, y su famosa ópera fue uno de los primeros monumentos que apagó las luces en la jornada de hoy. A ella se sumarán a lo largo del día el rascacielos Burj Khalifa en Dubai, la torre Eiffel en París, el Cristo Redentor de Río de Janeiro, el edificio de Times Square en Nueva York, la Sagrada Familia en Barcelona, la Mezquita de Córdoba o el Palacio Real en Madrid. En Nueva Zelanda, algunos conciertos previstos al aire libre tuvieron que celebrarse en salas porque llovía, mientras que en el Planetario de Wellington, los astrónomos no pudieron enseñar a los curiosos el mágico firmamento estelar porque el cielo estaba cubierto de nubes. "La naturaleza no se ha puesto de nuestra parte en esta edición de la Hora del Planeta", dijo Lee Barry, una de las organizadoras. Incluso en la web, la iniciativa tuvo reflejo en varias páginas web, por ejemplo en ELMUNDO.es. Durante tres minutos, la home permaneció a oscuras. La Hora del Planeta se ha convertido en pocos años en un gigantesco éxito de participación. No obstante, también hay voces críticas. "El clima no se salva con un apagón de luz", opina la organización defensora de los animales PETA. Quien quiera contribuir a la protección de la naturaleza, que renuncie a comer carne, añaden.
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