No es la primera vez que las recomendaciones y guías para una buena práctica clínica van por un lado y el quehacer médico rutinario, por otro. En esta ocasión, el tema de la 'polémica' reside en que no se está esperando el tiempo suficiente para 'pinzar' el cordón umbilical del recién nacido tras su alumbramiento.
Antonio González González, jefe de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario La Paz de Madrid, reconoce a ELMUDO.es que se trata de un tema muy debatido "sobre el que existe una gran controversia. En un principio se pensó que lo mejor era ligar el cordón en el momento del nacimiento, luego hay estudios que han constatado efectos positivos de hacerlo más tarde, sobre todo si la madre tiene un problema de anemia, lo que evitaría que el niño también la sufra".
Pese a todo, este experto reconoce que "ninguna de las dos medidas, cortar el cordón antes o después, es en sí misma perjudicial o beneficiosa para madre e hijo. Lo importante es tener un término medio y valorar las circunstancias en cada parto. No se va a esperar si el niño viene con vuelta de cordón y se puede aguantar un poco si sabemos que la madre tiene anemia".
El pinzamiento prematuro por rutina (dentro de los primeros 15 segundos posteriores al alumbramiento, según la OMS) se puso en tela de juicio hace una década. "No existe evidencia científica sólida que apoye esta práctica que, probablemente, se basa entre otras razones, en la creencia de que camplar de forma tardía el cordón causa efectos adversos en el neonato como consecuencia de la transfusión placentaria. Esta idea está respaldada por un número limitado de estudios clínicos observacionales pequeños, la mayoría de los cuales se llevó a cabo en los años 60 y 70", argumenta la OMS.
Sin embargo, investigaciones posteriores pusieron de manifiesto que la ligadura tardía del cordón mejora la oxigenación cerebral, reduce la necesidad de transfundir al neonato, disminuye las hemorragias intraventriculares y las infecciones.
En 2007, el Ministerio de Sanidad, en su Propuesta de Estrategia de Atención al Parto, hace una breve recomendación acerca de "no pinzar el cordón con latido como práctica habitual". De igual forma, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) aconseja, "si es posible, esperar hasta que el cordón deje de latir antes de seccionarlo", una opinión compartida por la FAME (Federación de Asociaciones de Matronas de España) que aconseja, incluso "pinzar el cordón cerca del periné una vez que cesen las pulsaciones en un recién nacido saludable".
Ahora, el último número de la revista 'British Medical Journal' ha vuelto su mirada hacia los médicos británicos a través de los ojos de David Hutchon, del Hospital Memorial, en Darlington (Reino Unido), quien publica un artículo de opinión en el que hace referencia a que "es tiempo de que los obstetras secunden las guías de la OMS y de la Federación Internacional de Ginecólogos y Obstetras en referencia a esperar a camplar el cordón".
Este experto destaca que otras intervenciones "rutinarias como la episiotomía se abandonaron rápidamente cuando se demostró que no aportaban ninguna ventaja". Sin embargo cree que los expertos "se resisten porque consideran que 'cortar' el cordón de forma precoz es la norma más aceptada, mientras que el retraso en esta práctica es 'nueva' y se considera 'no' probada".
En España:
En cambio, el doctor Gozález reconoce abiertamente que para "mí es especialmente díficil esperar, sobre todo porque en ocasiones el bebé necesita unos cuidados. Además, no es lo mismo que el cordón sea largo, que corto. Para poder poner al bebé encima de su madre se requiere cierta longitud en el cordón".
Para David Hutchon, un motivo por el que en su país no se ha producido un cambio de comportamiento podría estar en que el Instituto Nacional de la Salud y la Excelencia Clínica (NICE) "no ha advertido a los profesionales de la necesidad de cambiar la práctica rutinaria del pinzamiento precoz del cordón umbilical", además de que no ha "modificado sus guías".
Reconoce, no obstante, que dos de los libros de embarazo "más populares detallan que el retraso en este procedimiento es una norma y explican sus ventajas para el neonato".
Y, para concluir: "Pinzar el cordón nada más nacer el bebé es una intervención sin beneficios demostrados. A falta de evidencia científica, el pragmatismo y las guías conflictivas, es necesario hacer un cambio preventivo. Para evitar futuros perjuicios a los bebés deberíamos apresurarnos para dar el cambio".
Antonio González González, jefe de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario La Paz de Madrid, reconoce a ELMUDO.es que se trata de un tema muy debatido "sobre el que existe una gran controversia. En un principio se pensó que lo mejor era ligar el cordón en el momento del nacimiento, luego hay estudios que han constatado efectos positivos de hacerlo más tarde, sobre todo si la madre tiene un problema de anemia, lo que evitaría que el niño también la sufra".
Pese a todo, este experto reconoce que "ninguna de las dos medidas, cortar el cordón antes o después, es en sí misma perjudicial o beneficiosa para madre e hijo. Lo importante es tener un término medio y valorar las circunstancias en cada parto. No se va a esperar si el niño viene con vuelta de cordón y se puede aguantar un poco si sabemos que la madre tiene anemia".
El pinzamiento prematuro por rutina (dentro de los primeros 15 segundos posteriores al alumbramiento, según la OMS) se puso en tela de juicio hace una década. "No existe evidencia científica sólida que apoye esta práctica que, probablemente, se basa entre otras razones, en la creencia de que camplar de forma tardía el cordón causa efectos adversos en el neonato como consecuencia de la transfusión placentaria. Esta idea está respaldada por un número limitado de estudios clínicos observacionales pequeños, la mayoría de los cuales se llevó a cabo en los años 60 y 70", argumenta la OMS.
Sin embargo, investigaciones posteriores pusieron de manifiesto que la ligadura tardía del cordón mejora la oxigenación cerebral, reduce la necesidad de transfundir al neonato, disminuye las hemorragias intraventriculares y las infecciones.
En 2007, el Ministerio de Sanidad, en su Propuesta de Estrategia de Atención al Parto, hace una breve recomendación acerca de "no pinzar el cordón con latido como práctica habitual". De igual forma, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) aconseja, "si es posible, esperar hasta que el cordón deje de latir antes de seccionarlo", una opinión compartida por la FAME (Federación de Asociaciones de Matronas de España) que aconseja, incluso "pinzar el cordón cerca del periné una vez que cesen las pulsaciones en un recién nacido saludable".
Ahora, el último número de la revista 'British Medical Journal' ha vuelto su mirada hacia los médicos británicos a través de los ojos de David Hutchon, del Hospital Memorial, en Darlington (Reino Unido), quien publica un artículo de opinión en el que hace referencia a que "es tiempo de que los obstetras secunden las guías de la OMS y de la Federación Internacional de Ginecólogos y Obstetras en referencia a esperar a camplar el cordón".
Este experto destaca que otras intervenciones "rutinarias como la episiotomía se abandonaron rápidamente cuando se demostró que no aportaban ninguna ventaja". Sin embargo cree que los expertos "se resisten porque consideran que 'cortar' el cordón de forma precoz es la norma más aceptada, mientras que el retraso en esta práctica es 'nueva' y se considera 'no' probada".
En España:
En cambio, el doctor Gozález reconoce abiertamente que para "mí es especialmente díficil esperar, sobre todo porque en ocasiones el bebé necesita unos cuidados. Además, no es lo mismo que el cordón sea largo, que corto. Para poder poner al bebé encima de su madre se requiere cierta longitud en el cordón".
Para David Hutchon, un motivo por el que en su país no se ha producido un cambio de comportamiento podría estar en que el Instituto Nacional de la Salud y la Excelencia Clínica (NICE) "no ha advertido a los profesionales de la necesidad de cambiar la práctica rutinaria del pinzamiento precoz del cordón umbilical", además de que no ha "modificado sus guías".
Reconoce, no obstante, que dos de los libros de embarazo "más populares detallan que el retraso en este procedimiento es una norma y explican sus ventajas para el neonato".
Y, para concluir: "Pinzar el cordón nada más nacer el bebé es una intervención sin beneficios demostrados. A falta de evidencia científica, el pragmatismo y las guías conflictivas, es necesario hacer un cambio preventivo. Para evitar futuros perjuicios a los bebés deberíamos apresurarnos para dar el cambio".
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