domingo, 12 de diciembre de 2010

Un ave gigante habitó Flores junto al hobbit


La cueva en la que en 2004 se hallaron los restos del hombre de Flores acaba de aportar los fósiles del que pudo ser su peor enemigo. Se trata de un pariente de las cigüeñas y los marabúes actuales que medía 1,8 metros de alto y pesaba 16 kilos. En ausencia de depredadores mayores, esta ave se alimentaba a voluntad de la extraña fauna que poblaba la isla indonesia entre 20.000 y 50.000 años atrás. Su dieta incluía ratas gigantes, dragones de Komodo juveniles y, posiblemente, la versión humana local, conocida como hobbit debido a que medía un metro en edad adulta."No puede descartarse que el marabú gigante comiese hobbits, lo que a su vez hace posible que estos intentasen ahuyentarlo o incluso matarlo", explica a Público Hanneke Meijer, investigadora del Museo de Historia Natural de Holanda y una de las descubridoras de los restos de la nueva especie. Es aún pura especulación, advierte la experta. Aunque los fósiles del ave se han hallado en los mismos niveles de terreno de la cueva de Liang Bua de donde salieron los primeros restos de hobbits, no hay ninguna prueba directa de que uno se comiese al otro. La nueva especie, llamada Leptoptilos robustus, no es una aberración evolutiva, sino un nuevo ejemplo de cómo el aislamiento puede favorecer que las especies disminuyan su tamaño para mejorar la adaptación al medio, como es el caso de los hobbits o los elefantes enanos extintos hallados en la isla, o que se agiganten debido a la ausencia de competidores.El estudio de Meijer, publicado en Zoological Journal of the Linnean Society, analiza cuatro huesos de las patas del marabú gigante hallados en Liang Bua. Apunta que el ave no volaba, pero sus ancestros, sí. Cuando estos llegaron a Flores encontraron un ecosistema muy diferente, donde abundaba la comida y los espacios a recorrer para encontrarla eran pequeños. El resultado fue un gigantón que cambió la carroña por presas vivas como dieta principal. "En ausencia de mamíferos carnívoros como el lobo o el león, el marabú gigante tomó el rol de cazador", detalla Meijer."La presencia del marabú gigante en la cueva apunta a que el hobbit pudo alimentarse de esta ave", opina William Jungers, un experto en la anatomía del hombre de Flores de la Universidad Stony Brook (EEUU) que no ha participado en el presente estudio. Queda determinar cómo y por qué se extinguieron todas estas especies, de las que no hay restos a partir de hace 12.000 años. "Una erupción volcánica es una de las posibilidades, aunque la llegada del hombre pudo ser el golpe de gracia para todos ellos", opina Jungers.


Fuente: La cueva en la que en 2004 se hallaron los restos del hombre de Flores acaba de aportar los fósiles del que pudo ser su peor enemigo. Se trata de un pariente de las cigüeñas y los marabúes actuales que medía 1,8 metros de alto y pesaba 16 kilos. En ausencia de depredadores mayores, esta ave se alimentaba a voluntad de la extraña fauna que poblaba la isla indonesia entre 20.000 y 50.000 años atrás. Su dieta incluía ratas gigantes, dragones de Komodo juveniles y, posiblemente, la versión humana local, conocida como hobbit debido a que medía un metro en edad adulta."No puede descartarse que el marabú gigante comiese hobbits, lo que a su vez hace posible que estos intentasen ahuyentarlo o incluso matarlo", explica a Público Hanneke Meijer, investigadora del Museo de Historia Natural de Holanda y una de las descubridoras de los restos de la nueva especie. Es aún pura especulación, advierte la experta. Aunque los fósiles del ave se han hallado en los mismos niveles de terreno de la cueva de Liang Bua de donde salieron los primeros restos de hobbits, no hay ninguna prueba directa de que uno se comiese al otro. La nueva especie, llamada Leptoptilos robustus, no es una aberración evolutiva, sino un nuevo ejemplo de cómo el aislamiento puede favorecer que las especies disminuyan su tamaño para mejorar la adaptación al medio, como es el caso de los hobbits o los elefantes enanos extintos hallados en la isla, o que se agiganten debido a la ausencia de competidores.El estudio de Meijer, publicado en Zoological Journal of the Linnean Society, analiza cuatro huesos de las patas del marabú gigante hallados en Liang Bua. Apunta que el ave no volaba, pero sus ancestros, sí. Cuando estos llegaron a Flores encontraron un ecosistema muy diferente, donde abundaba la comida y los espacios a recorrer para encontrarla eran pequeños. El resultado fue un gigantón que cambió la carroña por presas vivas como dieta principal. "En ausencia de mamíferos carnívoros como el lobo o el león, el marabú gigante tomó el rol de cazador", detalla Meijer."La presencia del marabú gigante en la cueva apunta a que el hobbit pudo alimentarse de esta ave", opina William Jungers, un experto en la anatomía del hombre de Flores de la Universidad Stony Brook (EEUU) que no ha participado en el presente estudio. Queda determinar cómo y por qué se extinguieron todas estas especies, de las que no hay restos a partir de hace 12.000 años. "Una erupción volcánica es una de las posibilidades, aunque la llegada del hombre pudo ser el golpe de gracia para todos ellos", opina Jungers.


Fuente: La cueva en la que en 2004 se hallaron los restos del hombre de Flores acaba de aportar los fósiles del que pudo ser su peor enemigo. Se trata de un pariente de las cigüeñas y los marabúes actuales que medía 1,8 metros de alto y pesaba 16 kilos. En ausencia de depredadores mayores, esta ave se alimentaba a voluntad de la extraña fauna que poblaba la isla indonesia entre 20.000 y 50.000 años atrás. Su dieta incluía ratas gigantes, dragones de Komodo juveniles y, posiblemente, la versión humana local, conocida como hobbit debido a que medía un metro en edad adulta."No puede descartarse que el marabú gigante comiese hobbits, lo que a su vez hace posible que estos intentasen ahuyentarlo o incluso matarlo", explica a Público Hanneke Meijer, investigadora del Museo de Historia Natural de Holanda y una de las descubridoras de los restos de la nueva especie. Es aún pura especulación, advierte la experta. Aunque los fósiles del ave se han hallado en los mismos niveles de terreno de la cueva de Liang Bua de donde salieron los primeros restos de hobbits, no hay ninguna prueba directa de que uno se comiese al otro. La nueva especie, llamada Leptoptilos robustus, no es una aberración evolutiva, sino un nuevo ejemplo de cómo el aislamiento puede favorecer que las especies disminuyan su tamaño para mejorar la adaptación al medio, como es el caso de los hobbits o los elefantes enanos extintos hallados en la isla, o que se agiganten debido a la ausencia de competidores.El estudio de Meijer, publicado en Zoological Journal of the Linnean Society, analiza cuatro huesos de las patas del marabú gigante hallados en Liang Bua. Apunta que el ave no volaba, pero sus ancestros, sí. Cuando estos llegaron a Flores encontraron un ecosistema muy diferente, donde abundaba la comida y los espacios a recorrer para encontrarla eran pequeños. El resultado fue un gigantón que cambió la carroña por presas vivas como dieta principal. "En ausencia de mamíferos carnívoros como el lobo o el león, el marabú gigante tomó el rol de cazador", detalla Meijer."La presencia del marabú gigante en la cueva apunta a que el hobbit pudo alimentarse de esta ave", opina William Jungers, un experto en la anatomía del hombre de Flores de la Universidad Stony Brook (EEUU) que no ha participado en el presente estudio. Queda determinar cómo y por qué se extinguieron todas estas especies, de las que no hay restos a partir de hace 12.000 años. "Una erupción volcánica es una de las posibilidades, aunque la llegada del hombre pudo ser el golpe de gracia para todos ellos", opina Jungers.


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